Etapa 4. Plasencia-Pico Villuercas

Km. 1-70 La etapa comienza como se terminó la anterior en granitos de dos micas muy semejantes a los que formaban los berrocales de ayer. En los primeros kilómetros los corredores atravesarán paisajes semejantes. Sin embargo, aquí estamos en el extremo occidental de la Sierra de Gredos, y durante la subida  al puerto de Cabezabellosa las rocas están en buena parte cubiertas por densos bosques debido a ser una zona con alta pluviosidad. El elemento más resaltable de esta primera mitad de la etapa es la enorme falla que divide en dos estas montañas. Se trata de la falla del Alentejo-Jerte, una falla de finales de la era Paleozoica, que ha vuelto a jugar en la orogenia alpina. De la importancia de la falla hablan sus dimensiones. Más de 500 kilómetros de longitud y 1000 metros de desnivel. Esta es la causa de la formación del valle del Jerte que deja grandes desniveles a ambos lados, que los ciclistas tendrán que escalar primero para acceder al valle (Cabezabellosa) y luego para salir de él (El Piornal). Estos desniveles se reflejan en las numerosas cascadas y rápidos que se pueden observar en los afluentes del Jerte y que responden a fracciones de la gran falla.

© Vista general del valle del Jerte.

Km. 80-115. Tras atravesar las estribaciones occidentales de la sierra de Gredos, la carrera baja por la comarca de la Vera y atraviesa los valles del Tiétar y del Tajo, cubiertos por sedimentos recientes, con aportes hídricos abundantes y con un clima muy suave por la protección de las montañas, lo que da a esta comarca una gran fertilidad.

En ambos casos los ríos generan numerosos canales auxiliares y barras dando lugar en ocasiones a una morfología trenzada.

Del km. 115 al 150 la carretera se adentra en los montes de Toledo por el puerto del Miravete en las estribaciones del parque Nacional de Monfragüe. Este es el dominio de la cuarcita Armoricana del Ordovícico (unos 470 millones de años).

© Las crestas de Cuarcita Armoricana en Miravete

Kilómetro 150 a 167. La carrera se ha introducido ya en los terrenos del Paleozoico inferior (Cámbrico y Ordovícico 550 a 450 millones de años). Aquí las cuarcitas situadas en sinclinales (pliegues curvados hacia abajo) forman las cumbres y las pizarras y esquistos situados en anticlinales (pliegues curvados hacia arriba) forman los valles en lo que se denomina un relieve invertido.

El tramo final asciende a la Sierra de las Villuercas y más concretamente al Risco de las Villuercas, un claro ejemplo de un relieve residual que con sus casi 1600 metros de altitud, destaca sobre las sierras que presentan una cota de línea de encumbre en torno a los 1300 m. Está formado por potentes capas de cuarcita armoricana, formando apretados repliegues.

© Riscos en cuarcitas y valles en Pizarras en las Villuercas.

Colaboradores:

Sergio Rodríguez García (UCM) (Coordinador)

Elisabeth Díaz Losada (IGME)

José Miguel Fernández Portal (IGME)

Juan Miguel Insúa Arévalo (UCM)

Blanca Martínez García (UPV)

Mónica Leonor Meléndez Asensio (IGME)

Isabel Rodríguez García de Castro (UCM)

Francisco Javier Rubio Pascual (IGME)