Etapa 3. Lousa-Castelo Branco
En los primeros kilómetros de la etapa, la geología es relativamente compleja. En las proximidades de Lousa, está el Mirador del Valle de Lousa desde donde se pueden observar algunas de las características de esa geología. En esa zona hay calizas que han sufrido procesos kársticos. Cerca de ese mirador se encuentra la cueva de Salemas, que ha sido ocupada por el hombre desde el Paleolítico.
Sin embargo, en la sierra de Lousa hay también grandes afloramientos de esquistos del Precámbrico y Cámbrico. Esto hace que los pueblos emplazados en esa sierra se denominen como pueblos de pizarra (en realidad se trata de esquistos) por presentar una arquitectura tradicional muy característica.
Desde el kilómetro 25, la etapa entra en territorio granítico. La carretera bordea el sur de la Serra de la Estrela. El paisaje granítico más característico es el berrocal, que domina casi todo el recorrido hasta la meta en Castelo Branco. Este paisaje presenta grandes bolos de granito producidos por la “descamación” de los bloques limitados por diaclasas (fracturas sin desplazamiento). Este fenómeno se produce por el efecto de descompresión al formarse las rocas en profundidad y llegar a emplazarse en superficie, donde la presión es mucho menor. Los agentes externos (agua, viento) hacen la labor restante hasta dejar esas formas redondeadas.
El berrocal es tan relevante en Castelo Branco que allí hay un parque denominado como “Parque do Barrocal”.
El granito de “Barrocal” es un granito de dos micas, con las mismas cantidades de biotita y moscovita. Es de grano medio a grueso, por lo que es fácilmente erosionable.
Colaboradores:
Sergio Rodríguez García (UCM) (Coordinador)
Elisabeth Díaz Losada (IGME)
José Miguel Fernández Portal (IGME)
Juan Miguel Insúa Arévalo (UCM)
Blanca Martínez García (UPV)
Mónica Leonor Meléndez Asensio (IGME)
Isabel Rodríguez García de Castro (UCM)
Francisco Javier Rubio Pascual (IGME)
