El gran reto de Primoz Roglic al inicio de la 76ª edición de La Vuelta es convertirse en el tercer corredor en poner su nombre tres veces seguidas en la lista de ganadores de La Vuelta, después de Tony Rominger (1992-1994) y Roberto Heras (2003-2005).
Entre los participantes de La Vuelta 21, Primoz Roglic es sólo el 51º en términos de experiencia en Grandes Vueltas. Con ocho participaciones, cuatro en el Tour de Francia, dos en el Giro y dos en La Vuelta, el esloveno está muy lejos de las 29 que convierten a Alejandro Valverde en el líder absoluto en este ranquin particular por delante de sus compatriotas Imanol Erviti (26), Luis León Sánchez (25), Mikel Nieve (21) y Dani Navarro (20). Pero desde su debut en el WorldTour en 2016, Primoz Roglic acumula ya 41 días liderando el Tour, Giro y La Vuelta. Esto es mucho más que los 27 de Valverde, 13 de los cuales coinciden con el año de su única victoria en la general: La Vuelta 2009. A pesar de su llegada tardía al ciclismo después de una primera carrera deportiva en el salto de esquí, Roglic está ya muy acostumbrado a asistir a ceremonias de protocolo y ruedas de prensa posteriores a la etapa.
En el Giro de 2019 y el Tour de 2020, parecía un ganador potencial, pero tuvo, por diversas razones, que conformarse con el tercer y segundo puesto respectivamente. En La Vuelta, sin embargo, está invicto. En ambas ocasiones aseguró su gracias a una contrarreloj –en 2019 en Pau y en 2020 en el Mirador de Ézaro–, el ejercicio en el que perdió el Tour de Francia 2020 ante su joven compatriota Tadej Pogacar. La carrera por el maillot amarillo ha anclado en algunas mentes la idea de que era vulnerable en el esfuerzo solitario, pero ahora debemos saludar su presencia en la gran ronda española como la del campeón olímpico de la disciplina, ganador en Tokio con más de un minuto de margen (después de 44,2 km) por delante de cuatro expertos absolutos, que se adjudicaron títulos de campeón del Mundo o de Europa: ¡Tom Dumoulin, Rohan Dennis, Stefan Küng y Filippo Ganna!
Sonríe al pensar en la salida desde Burgos de una edición que empieza y termina con una contrarreloj, a la sombra de las catedrales. Con Roglic, sin embargo, nunca puedes estar seguro de nada, incluso si España parece sonreírle más que Francia o Italia (también ha ganado la Vuelta al País Vasco en dos ocasiones, en 2018 y 2021). Él es el favorito número 1 para sucederse a sí mismo, pero tiene la mala costumbre de experimentar desventuras en las carreras por etapas que parece dominar: enfermo en la aproximación de la última semana del Giro 2019, abandono tras un accidente en el Critérium del Dauphiné 2020 cuando lideraba la clasificación general en la mañana de la última etapa, desposeído del jersey amarillo en La Planche des Belles Filles cuando tenía una ventaja de 57” sobre Pogacar antes de la contrarreloj final del Tour de Francia 2020, cayó del primer lugar al decimoquinto en la París-Niza 2021 después de otro accidente durante la última etapa. Fue un accidente más (etapa 3) lo que le obligó a retirarse del reciente Tour de Francia (no salió en la etapa 9).
"Primoz Roglic es el rey del suspense en las carreras por etapas, pero nosotros estamos encantados de volver a verlo, por su lealtad hacia La Vuelta'', dijo Javier Guillén, director general del evento. “Por su actitud se nota que ama nuestra carrera y nuestro país. El tipo de recorrido que ofrecemos le conviene y lo destacable de él es su motivación intacta en la última parte de la temporada, año tras año. Tal vez él disfrute de su trabajo incluso más que otros ciclistas porque llegó tarde a este deporte. Después de los Juegos Olímpicos parece incluso más en forma que los dos años anteriores. En cualquier caso, esta vez va por un récord de tres victorias consecutivas que emocionará a los aficionados. Y como la competencia es muy importante, promete grandes peleas con los escaladores puros, que tendrán que competir durante toda la carrera con el talento de Roglic para la contrarreloj de 33,8 km del último día”, concluyó.